La trama de este libro tiene como personaje principal a Clara, una joven madrileña a la que un día le informan del fallecimiento de su padre, a quien nunca había conocido. A partir de aquí, conocemos la vida de la protagonista, que ha crecido en el desamor y en la soledad, con una madre amargada, sin familia y que se ha negado a hablar siempre de su progenitor.
En ese momento percibe que necesita conocer sus raíces e inicia una búsqueda a través de su propia madre y del único tío que conoce, hermano de su padre, descubriendo la atormentada vida de su padre, sus ideales, sus amores, e incluso la existencia de un hermano (Omar), fruto de la relación de su padre con una joven saharaui. Tras esto decide ir a conocer a su hermano y también los lugares donde su padre vivió, amó y murió.
Clara está divorciada después de un corto matrimonio de dos años, y luego tiene como pareja a su socia de trabajo en una galería de arte. Más tarde, en la ciudad de Ifni mantiene una relación lésbica con la hermana gemela de la madre de su hermano, que ha sido quien se ha ocupado de él, y que supone un importante cambio en sus sentimientos.
Desde Ifni se traslada a los campamentos de refugiados del Frente POLISARIO, donde encuentra a Omar y su familia, así como un diario que su padre ha dejado y donde se introduce un nuevo personaje -Alberto Balaguer-, amigo de la juventud de su padre, hombre sin escrúpulos, que adquiere gran importancia en la vida de todos.
La descripción que nos hace de la vida en este desierto, inhóspito, árido, un lugar lleno de piedras y sin vegetación, es lo mejor del libro, pues nos hace sentir los paisajes y colores de esa zona del Sáhara y del modo de vida de sus habitantes, expulsados de sus ciudades y que sobreviven a la espera de una decisión pactada sobre su futuro.
La venganza que quiere llevar a cabo Clara, para redimir a su padre e incluso a ella misma, no tiene la fuerza necesaria y no está justificada, sin embargo el final es bueno.
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