MEMORIAS DE UNA GEISHA

ARTHUR GOLDEN - 1997

Esta novela es de fácil lectura. Su protagonista, Chiyo, es quien cuenta la historia de su vida, siendo una niña muy humilde vendida junto con su hermana con distintos destinos; Chiyo debido al color de sus ojos, azul grisáceo, la envían a una okiya, una casa de las geishas para aprender el oficio, mientras que el destino de su hermana es un prostíbulo en Gion.

A partir de aquí la obra nos va descubriendo la verdadera vida de una geisha, su aprendizaje en escuelas específicas existentes en el Japón de la época, antes de la II Guerra Mundial, estudios de instrumentos de música típicos japoneses, canto, baile, conversación, maquillaje, y la famosa ceremonia del té.

Se trata de un oficio al que aspiran muchas niñas de la época, por darles la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida. En ningún caso cuestionan el oficio de servir y entretener a los hombres, sino más bien se sienten orgullosas por tratarse de una profesión que la propia cultura del país respeta y admira.

La protagonista hace un diario de su vida y su evolución social en la okiya, perfectamente organizada con una distribución jerárquica imposible de alterar, y a través de la cual conocemos que cada joven elegida para el aprendizaje de geisha, se le anotarán los gastos que conllevan sus estudios y posteriormente tendrá que cancelarlos. Además se explica cómo perciben sus emolumentos, quién los controla y los gestiona, cómo adquieren prestigio para ser solicitadas por los hombres con poder social y económico, ...

La novela nos desvela el significado de los kimonos, el complicado proceso de vestirlo, que precisa de la ayuda de una persona experta, habitualmente un hombre para fijar la sujeción del lazo final, su riqueza ornamental, colorido, dibujos alegóricos, la calidad de tejido dependiendo del grado y categoría de la propia geisha; todo ello expresado de un modo natural.

Las conclusiones sobre la profesión de geisha, quedan sujetas a la opinión e interpretación de cada lector, y este libro nos ayuda a conocerlo, afortunadamente presentando un ambiente social económicamente elevado, que nos evita la sordidez que conlleva el mismo oficio en niveles económicos más precarios, pero existentes en el mismo Japón.